¿Se acerdan de ese juego? El otro día fui a comer con mi madre y mi hermana al restaurante de San Ángel Inn. Hace años que no salía al jardín, pero ese día, a pesar de que hacía un condenado frío espantoso y de que estaba empezando a chispear, decidí salir a tomar un poco de aire.
Sentí el aire frío y húmedo en mi cara y percibí el olor a tierra mojada. Ya no me acordaba para nada de ese lugar. Entonces me encontré con un tronco viejo y seco en donde alguna vez mi papá nos sacó una foto a mí y a mis hermanos. Sonreí con el recuerdo y seguí paseando. Más adelante, encontré una pequeña fuente que también me trajo cierto episodio a mi mente. Ya no tenía peces y era mucho más pequeña de lo que yo la recordaba. Aún así, también me hizo sonreír.
Me senté en una banca de piedra a ver los árboles y a escuchar el silencio. Entonces vi a un grupito de niños muy monos, arregladitos y bien vestidos que salían como cabras locas a jugar. Se pararon en medio del jardín, juntaron sus pies y uno de ellos comenzó a tocarlos con un dedo y a cantar: "zapatito blanco, zapatito azul".
Fue un verdadero regreso a mi infancia.
miércoles, 21 de mayo de 2008
"Zapatito blanco, zapatito azul..."
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Esos recuerdos nos regresan aquella capacidad de asombro olvidada en la infancia... como adultos, debemos evitar olvidar...
Saludos, niña.
Publicar un comentario